martes, 19 de marzo de 2013

Aún (te) espero.

Y yo que pensaba que volverías para recoger las cosas que te dejaste en la mesita, devolverme el pintalabios que me quitaste salvajadamente a mordiscos y terminar el polvo que me dejaste a medias. 
Pero no volviste, ni a subirme las medias siquiera. Aquí sigo, esperando, como siempre, con la ventana abierta de par en par multiplicando las veces que te fuiste y me desvestiste. La ciudad es más bonita mientras los cuerdos y los no insomnes duermen. Sólo aguantamos los locos, los enamorados, los borrachos, los gatos y los poetas. Será la luna o el silencio lo que nos atrae, quien sabe o quien piensa. La locura y las pocas ganas de dormir me impiden dejar el cigarrillo de las 3:00 y visitar mi ansiada cama, la cual sólo me recibe con los brazos abiertos si eres tu quien me abre las piernas. 
Con las medías bajadas, el pelo con tus dedos aún marcados en él, y el corazón abierto me quede, incluso descalzo, esperándote. 



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